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PARA EDUCAR CON FIRMEZA Y AMABILIDAD ¡NECESITAS SABER ESTO!

En la actualidad los padres nos sentimos desafiados por nuestros hijos, tenemos problemas para relacionarnos con ellos. Hacer que nos "obedezcan" resulta ser una tarea muy abrumadora y agobiante. Nos sentimos impotentes, desesperados y empezamos a cuestionarnos, preguntándonos porque nuestros hijos no nos escuchan, porque no se comportan como esperamos que lo hagan. 

Y es justo ese el problema, la razón por la cual, nos sentimos frustrados e impotentes, cuando nuestras expectativas no se están cumpliendo y su comportamiento esta muy lejos de ser lo que nosotros en nuestra mente idealizamos. 

Si esto te pasa a ti, si te sientes frustrado, si sientes que estas haciendo algo mal, si sientes impotencia y desesperación y no sabes que mas hacer, porque parece que lo has intentado todo, castigos, regaños, gritos, chantajes, amenazas y aun así las cosas parecen no mejorar; déjame darte la bienvenida a la comunidad de padres que intentamos aplicar los estilos de crianza que aprendimos de nuestros padres y nos dimos cuenta que no son realmente viables ni efectivos ahora. 

El problema del mal comportamiento de los niños, viene de la perspectiva del adulto. Una percepcion que se basa en el concepto que tiene sobre la conducta infantil, para el adulto en general, los niños "deben ser tranquilos, deben callar cuando se les pide que lo hagan, deben quedarse quietos cuando se espera eso de ellos, deben dejar de llorar o no hacerlo si ya tienen cierta edad, deben compartir con todos, deben callar cuando el adulto habla, deben decir siempre la verdad, deben ser buenos y no equivocarse". sin embargo, estas ideas de como debe ser el/ella se alejan mucho de la realidad de lo que es ser un niño. 

Rudolf Dreikurs, dijo: "cuando los niños no se portan bien, nos intentan decir algo de una forma diferente a la que se comunicaría a un adulto y por lo tanto, la percibimos como errónea, sin pararnos a pensar que quizás es la única manera en la que pueden/saben expresarse".

En otras palabras, esto nos lleva a la conclusión, de que "un niño que se porta mal, es un niño que se siente mal".

Para poder lograr una conducta positiva de ellos, primero necesitamos aprender a deshacernos de nuestras expectativas y dejar de esperar de ellos un comportamiento determinado, es importante comprender las etapas evolutivas en las cuales se encuentran, para saber que reacciones se ajustan a su edad y cuales son las verdaderas razones de su comportamiento. Un niño puede tener fácilmente una reacción disruptiva si se siente irritado, desatendido, si no se siente comprendido, ni aceptado. Esto no quiere decir, que no lo vamos a corregir, los limites son necesarios y sanos para su desarrollo emocional. lo que se considera en este caso, es la raíz de la conducta del niño, el porque se comporta de una manera determinada. En vez de ver que solo esta siendo grosero, hostil, agresivo, tomemos en cuenta como se esta sintiendo para llegar al punto de actuar así. Y para lograr desarrollar este enfoque, se debe revisar el estilo de crianza que estamos implementando, debido a que este condiciona la manera en que lo vemos a ellos. 

Para lograr educar con firmeza y amabilidad, resulta importante, revisar las expectativas que tenemos con relación a ellos, luego mirar si estas se ajustan a la realidad de ellos, a sus necesidades. No podemos esperar que ellos sean de una manera u otra, porque son seres humanos que realmente no conocemos y estamos acompañándolos en su desarrollo y conociéndolos, no sabemos realmente como son o quienes llegaran a ser, solo sabemos que los amamos y queremos lo mejor para ellos, que queremos estar ahí para ellos y darle lo mejor de nosotros mismo. 

Resulta fundamental auto-observarnos y mirar nuestra manera de establecer los limites, las reglas, pedir las cosas, dar ordenes e instrucciones, incluso ver la manera en la que reaccionamos frente a los errores. La disciplina positiva nos invita a educar con firmeza (autoridad) sin tener que rebasar el limite y ser autoritarios (imponentes, duros, déspotas, sarcásticos, inflexibles), para ello, nos propone incluir la amabilidad, la comunicación asertiva, el autocontrol, siendo profundamente necesario aprender a gestionar nuestras emociones, saber responder ante la ira y la frustración en vez de reaccionar ante ella. Esperando que nuestros hijos reaccionen de una manera distinta a la de nosotros, recordemos que los niños nos observan constantemente y su manera de relacionarse tiene mucho que ver con la forma en la que nos relacionamos con ellos.


Recuerda, creo en tí 💜✨

Confía en ti, en tu proceso y en tus hijos ✨💜

Con cariño YURa Mendoza ✨💞

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